Crumb, la nostalgia y el futuro.

Pocas veces tuve la suerte de asistir a la inauguración de una comiquería. Para ser franco, en realidad nunca asistí a la inauguración de una comiquería. ¿se inauguran las comiquerías? Sé que se inauguran los negocios, cualesquiera sean, en general. Cuando mi viejo abrió su segundo local, allá por 1988, hubo una pequeña “inauguración”, a la que asistieron amigos, colegas, vecinos, etc. Y lo que me llamó la atención, a mi, de pequeños nueve años, fue que llevaran plantas de obsequio. Nunca entendí lo de las plantas. Ahora se que con las plantas se fabrica el papel, por ejemplo, papel que se usa para fabricar 

libros de historietas a su vez. Y libros de historietas, lo que se dice LIBROS, son los que vi hoy, en la inauguración de la nueva comiquería de la ciudad de La Plata.

La ciudad de La Plata, que fue mi hogar durante algunos años, encierra magia, misterio y arte. En su justa medida, cada cosa tiene un sentido, una razón de ser. Sus diagonales, sus parques, sus facultades, sus bares, su gente. Y La Plata tiene, al menos eso me dijeron tiempo de antes de que me instalase allí, todas las ventajas de una gran ciudad, y ninguna de sus desventajas. Porque conserva aires de pueblo, a la vez que facilita la vida urbana, nocturna y educativa. Pero algo le faltaba a la ciudad, y eso pude comprobarlo personalmente durante mi estadía allí, y es una buena comiquería. Si bien hay un local de comics, y hubo otros (ya desaparecidos) ninguno explotó el nicho de una manera moderna y acorde al momento en que se encuentra, por ejemplo, el comic nacional. Entonces, atentos a esa carencia, un grupo de jóvenes se puso manos a la obra y le dió vida al ya oficialmente inaugurado Espacio Crumb.

Este local, que se define a si mismo como “almacén de historietas y afines”, abrió sus puertas el dia

lunes 17 de Diciembre, en la calle 56 entre 6 y 7, y allí estuvimos, para ver de que se trata con nuestros propios ojos. Y lo que vimos, es exactamente lo que esperábamos, y para lo que emprendimos el viaje desde la capital federal: un espacio ameno, alegre y cómodo. El lugar no tiene nada que envidiarle a los rincones más selectos de la capital, desde el espacio moebius hasta La casa Florida.

Hay un dicho que dice “de todo como en botica”, y si bien no se usa hace generaciones (nunca vi una botica) en este caso podría utilizarse, pues lo primero que me llamó la atención es la variedad de títulos exhibidos en las bateas. Pero no es un depósito de comics, eso a lo que los porteños hoy llaman “comiquerías”. Es una selección para nada caprichosa de lo mejorcito del noveno arte, pero sobre todo, y aquí está, según mi opinión, su punto fuerte, mucho comic nacional. Y no solo el típico bestseller de gran editorial que vemos en Cúspide o El ateneo, sino también esas cositas no tan conocidas pero geniales, como los libros de Marcelo Dupleich o Nicolás brondo.

Y la oferta se extiende, más allá del comic, al textil, los juguetes ochentosos y merchandising de cine y series (¡Incluso está el fichín de Wonder boy!) dándole a la visita un plus lúdico inigualable. La idea por supuesto es seguir creciendo, y esperamos ansiosos ver por ahí algunos originales, presentaciones de libros, muestras, etc.

De paso, por supuesto aprovechamos para tomar algunas fotos. Algunas de ellas son las que siguen:

La mesa nacional ocupa un lugar central

Golpe bajo: Yo tenía este mismo jueguito cuando era chico ¡ouch!

Vista de calle, y por dentro, la magia.

Autoretrato de Robert Crumb: El padre de la criatura

Entrada triunfal del protagonista de la velada

Para los nostálgicos, un nicho que nunca duerme

Y por último, los responsables: Ana y Agustín

Hecha la presentación, no queda más que invitarlos a visitar el local, tanto si residen en La Plata como si lo hacen en capital federal, que, vamos, la ciudad es hermosa y cualquier excusa es buena para volver. Y a partir de hoy los comiqueros tenemos otra razón para visitarla.

Para más información, podés visitar el facebook de Espacio Crumb, y muy pronto, también en: http://www.espaciocrumb.com/